Por Luis Moreno-Caballud
Las “culturas de” cualquiera son aquellas en las que las personas confían en sus capacidades para construir colaborativamente saberes y respuestas eficaces a los problemas que les afectan, sin necesidad de dotar a esos saberes de las pretensiones monopolistas, exclusivas y jerárquicas que conlleva la tradición de “los expertos”.
Estas culturas no plantean un rechazo a los saberes especializados, pero sí a que estos se usen para monopolizar la autoridad cultural. Evitan crear divisiones entre personas “que saben” y personas “que no saben”, y afirman que todas sabemos algo y nadie lo sabe todo, y que nuestras capacidades se desarrollan mejor cuando aprendemos juntos que cuando nos relacionamos jerárquicamente. Las “culturas de cualquiera” crean “inteligencia colectiva”. Confían en que “lo que vale” se dilucida mejor cuando se combinan las capacidades diversas de cualquiera que cuando se imponen los monopolios del saber de unos pocos.
Son, en fin, “culturas de cualquiera” porque en ellas se entiende que la cultura, esa constante discusión colectiva –explícita o implícita– en la que se decide lo que tiene valor, es decir, en la que se decide en qué consiste una “vida digna”, es algo en lo que cualquiera debe poder participar. Desde esta cultura emergente, resulta indigno que alguien sea excluido de la construcción del sentido de su propia dignidad. Por ello, propongo entender las “culturas de cualquiera” como formas de democratización cultural: no en tanto que permitieran el acceso a un cuerpo de saberes y valores ya establecido, según el significado habitual que se le da a esta expresión, sino porque abren la construcción del saber y el valor a la participación de cualquiera.
Referencias Moreno-Caballud, Luis. Culturas de cualquiera. Estudios sobre democratización cultural en la crisis del neoliberalismo español. ACUARELA, 2017.