Por Xabier Arrizabalo Montoro

Es un modo de producción que se distingue sustantivamente de todos los que han existido históricamente por un hecho crucial: el conjunto de la población tiene asegurada su subsistencia. Sin necesidad de vender nada para lograrla, sin vínculo alguno con la condición de propietario o no, dado que lo que caracteriza esta sociedad se resume en la fórmula “de cada cual según su capacidad; a cada cual según su necesidad”.

El comunismo es el reino de la abundancia, resultado de que la sociedad ha conseguido desembarazarse de todas y cada una de las servidumbres ligadas a la propiedad privada de los medios de producción. El objetivo de la producción no es la ganancia, sino el bienestar del conjunto de la población. Esta abundancia elimina la pugna distributiva y, en consecuencia, la necesidad de Estado.

Siendo el capitalismo el último modo de producción mercantil y el comunismo un modo de producción no regido por el intercambio, la cuestión central es cómo se llega al comunismo. La transición al comunismo es el socialismo, un modo de producción que precisamente se define así, como transitorio, en la medida en que sobre la base que le define -la expropiación del capital y el latifundio-, va haciendo posible enormes desarrollos de las fuerzas productivas.

El desarrollo de las fuerzas productivas bajo el capitalismo ha hecho posible la perspectiva real del socialismo. Pero que el capitalismo esté preñado de socialismo no asegura que el parto tenga lugar efectivamente, ya que esto depende finalmente del resultado de la lucha de clases, que es el motor de la historia. Además, que el desarrollo capitalista  constituyera una economía mundial implica por tanto que el socialismo sólo podrá completar su “función histórica transitoria” a escala mundial. Por consiguiente, la formulación del llamado “socialismo en un solo país” (planteada por Bujarin en 1924 y apropiada por Stalin desde 1925) es completamente irreal (y por tanto ajena al marxismo y a la propia tradición bolchevique).

En el periodo transitorio que es el socialismo, el Estado sigue existiendo pero por vez primera como Estado de los antaño explotados, como Estado obrero y, en tanto que tal, va teniendo cada vez menos importancia, hasta su desaparición completa con la plena abolición de la propiedad privada de los medios de producción y el enorme desarrollo de las fuerzas productivas que se hace posible. En el comunismo, la ausencia de conflicto distributivo gracias a la abundancia elimina el fundamento de las clases sociales, aboliéndolas por tanto, lo que a su vez implica una superestructura radicalmente diferente a todas las conocidas (junto a la mencionada desaparición del Estado, dejarían de existir por ejemplo límites al desarrollo científico impuestos por supersticiones religiosas, etc.).

El comunismo no es sólo que las condiciones materiales de vida del conjunto de la población estén completamente aseguradas, sino también y sobre todo las enormes posibilidades de desarrollo de toda índole que se le abren a todos (espirituales, educativas, artísticas), a diferencia de su negación a la mayoría bajo el capitalismo.