De Luis I. Prádanos (Iñaki) 

La ideología dominante asume que la tecnología es la clave para resolver los problemas sociales y ecológicos. Sin embargo, dicha creencia ignora el hecho de que el problema no es el instrumento (la tecnología), sino la lógica del paradigma cultural dominante que confunde destrucción con progreso. El resultado de poner toda la creatividad humana en hacer tecnológicamente más eficiente a un sistema destructivo es que el sistema acaba mejorando su capacidad de intensificar lo que ya está haciendo: aumentar la desigualdad y acelerar la extinción de especies. La tecnología sólo sería útil para resolver los problemas socioecológicos si operase bajo un paradigma cultural diferente (regenerativo) que no sea adicto al crecimiento, la acumulación y la expansión constantes. El tecno-optimismo no cuestiona la lógica dominante y, por ende, la tecnología acaba acelerando, automatizando y amplificando las asimetrías de poder y las inercias existentes (extinción y desigualdad) cuando lo deseable sería interrumpir dichas inercias.