de Patricia Manrique
Cuidado/s: sostenimiento recíproco, apoyo mutuo, respuesta a la interdependencia entre iguales que caracteriza al ser humano tanto en lo afectivo como en lo material. Es asimismo una dimensión esencial del trabajo en común que va ganando protagonismo e implica atención a las retaguardias, al sostenimiento físico y emocional de los procesos y las personas que los llevan a cabo. En este sentido, los cuidados podrían definirse, con Silvia Federici, como “actividades cotidianas por las que producimos nuestra existencia, que podemos desarrollar nuestra capacidad de cooperar y no solo resistir a la deshumanización sino aprender a reconstruir el mundo como un espacio de crianza, creatividad y cuidado” (2011).
Concepto de raigambre anarquista —véase El apoyo Mutuo de Kropotkin—, ha cobrado especial relevancia en el siglo XXI de la mano de los feminismos. Desde que el estudio de Carol Gilligan sobre la ética del cuidado femenina frente a la ética de la justicia masculina (1982) fuera recogido en clave de empoderamiento feminista por parte del feminismo de la diferencia, y el movimiento feminista denunciara, desde los años 70 del siglo XX, cómo el patriarcado obliga a las mujeres a encargarse de las labores de cuidado en el ámbito doméstico, los cuidados se han convertido en un tema de debate a la vez que una dimensión esencial del trabajo y la agenda de los feminismos interseccionales, críticos con el heteropatriarcado, el capitalismo, el racismo y la colonialidad del poder. Sin embargo, podría decirse que es en el siglo XXI cuando el movimiento feminista coloca esta cuestión en el centro, tanto de sus prácticas como de sus reivindicaciones, sobre todo a partir de las huelgas feministas internacionales de 2018, en las que se convierte en un eje específico de resistencia y construcción de alternativas.
Autoras como Judith Butler vinculan los cuidados con la dimensión de interdependencia del ser humano, subrayando que la única manera de asegurar que vivamos en igualdad es aceptar la dependencia y hacernos aún más susceptibles de cuidados. El cuidado (Sorge) ya había cobrado relevancia en el vocabulario básico del pensamiento contemporáneo de la mano del existencialismo de Heidegger, especialmente en su investigación Ser y tiempo (191) donde se plantea como una de las “estructuras ontológicas fundamentales” del Dasein, del ser existente, en forma de “preocupación”, “inquietud”, ”solicitud” como modo de relacionarse con el mundo, con los entes y los otros seres humanos.
En énfasis feminista en los cuidados, por otro lado, lejos de ser una mera revalorización en clave ética, o aproblemática desde el punto de vista socioeconómico, apunta a la necesidad de su universalización, de manera que estos dejen de ser trabajo invisibilizado, obligatorio y no retribuido para las mujeres y pasen a ser asunto de varones y del propio Estado. Cobra especial relevancia en el siglo XXI en la medida en que se afronta una grave crisis de cuidados: la quiebra del modelo de familia nuclear que ya arrasara otras estructuras comunitarias de apoyo mutuo, de la mano de la atomización social, sumada a la inversión de la pirámide poblacional en sociedades muy envejecidas, hace que las personas dependientes y/o ancianas encuentren cada día más dificultades para ser atendidas. Se impone con más vigor, así, la necesidad de fomentar la corresponsabilidad de los hombres y el Estado, y la necesidad de hacer una crítica desde el movimiento feminista acerca de cómo estas tareas se vuelcan subsidiariamente en las espaldas de mujeres pobres y racializadas en el caso europeo. Nancy Fraser ubica la cuestión en un marco amplio al señalar que la crisis de los cuidados es, en realidad, parte de una crisis general de reproducción física y simbólica en las sociedades contemporáneas, por lo que feministas como ella o Federici, que colaboró durante años en la campaña internacional “Salario para el Trabajo Doméstico” (1982), exigen que un salario retribuya parte de estas labores.
Bibliografía Aguirre, Ixchel y Lulú V. Barrera. “Cosas de Mujeres, Cosas de Alta Política, Silvia Federici y Silvia Rivera Cusicanqui en México.” Luchadoras, 26 oct. 2018, https://luchadoras.mx/rivera-cusicanqui/. Federici, Silvia. Revolución en punto cero: Trabajo doméstico, reproducción y luchas feministas. Traficantes de Sueños, 2013. https://www.traficantes.net/sites/default/files/pdfs/Revolucion%20en%20punto%20cero-TdS.pdf. Fraser, Nancy. “Las Contradicciones del Capital y los Cuidados.” New Left Review 100, Sep./Oct. 2015. Traficantes de Sueños. p.111-132. https://newleftreview.es/issues/100/articles/nancy-fraser-el-capital-y-los-cuidados.pdf. Gilligan, Carol. La ética del cuidado. Barcelona, Cuadernos de la Fundació Víctor Grífols i Lucas, 2013. http://www.secpal.com/%5CDocumentos%5CBlog%5Ccuaderno30.pdf. Kröpotkin, Pedro. “El Apoyo Mutuo, un Factor de la Evolución.” 1902. Instituto de Estudios Anarquistas, Santiago, Chile, abril, 2015. https://web.resist.ca/~crisxyz/iea/biblioteca/pdf/Kropotkin.El%20apoyo%20mutuo.pdf. Manrique, Patricia. “Cuidar a las que cuidan.” El Diario. 27 enero, 2018. Web. https://www.eldiario.es/norte/cantabria/primerapagina/Cuidar-cuidan_6_733586644.html. Manrique, Patricia. “Cuidar es revolucionario.” El Diario. 17 julio, 2018. Web. https://www.eldiario.es/norte/cantabria/primerapagina/Cuidar-revolucionario_6_793430658.html. Pérez Orozco, Amaia y Sira del Río. “La economía desde el feminismo: trabajos y cuidados.” Ecologistas en acción, 1 dic. 2002, https://www.ecologistasenaccion.org/13104/la-economia-desde-el-feminismo-trabajos-y-cuidados/.