de Berta del Río Alcalá
Un posible acercamiento al concepto “teatro independiente” nos dirige a una concepción abierta y contradictoria de un conjunto de prácticas artísticas contraculturales que desde finales de los años 60 a principios de los 80 experimentaron en la península ibérica con multitud de formas de cristalizar la ecuación entre teatro y política, o, en otras palabras, arte y sociedad.
El concepto “teatro independiente” en España fue una categoría autoasumida por el grupo madrileño Goliardos en 1969 con el afán -a través de una encuesta en la revista Primer Acto– de unificar y definir un campo cultural heterogéneo y disperso. A las más de cien agrupaciones que formaron el fenómeno contracultural las unían dos grandes oposiciones (al régimen franquista y al teatro comercial) y las diferenciaban multitud de preocupaciones y de posicionamientos estéticos y políticos. Algunos grupos privilegiaron la búsqueda de nuevos públicos y espacios populares; otras la experimentación de formas de vidas radicales como las comunas o la itinerancia; la búsqueda de nuevos lenguajes escénicos; la creación de circuitos de representación alternativos basados en la confianza y la autogestión; o la defensa de la cultura e idiomas propios no centralistas ni urbanitas.
Actualmente se están desarrollando dos proyectos de recuperación de la memoria y los archivos del teatro independiente español; Teatro independiente en España y Veus i arxius del teatre independent valencià (1968-1982).