De Amalio Rey
Para que haya “inteligencia colectiva” se tienen que dar dos condiciones: (1º) Interacciones: personas interactuando entre sí, (2º) Agregación: algún mecanismo que convierta las contribuciones individuales en un juicio o comportamiento colectivo. Lo primero permite que afloren, gracias a las sinergias, nuevas capacidades que trascienden a las individuales; mientras que lo segundo empaca esas capacidades dispersas en un resultado o punto de vista colectivo.
Casi siempre que hay interacciones entre individuos, hay sinergias latentes que se disipan y no aprovechamos. Los buenos “mecanismos de agregación» buscan precisamente capturar lo mejor de esas múltiples conexiones interpersonales y dotar de significado al agregado resultante. Entendiendo esto, es posible llegar a esta definición de “inteligencia colectiva”:
Capacidad de razonar, aprender, crear, resolver problemas y tomar decisiones en grupo
Tal vez esta definición resulte algo descafeinada para los que esperaban una con más carga normativa. También me consta que algunos prefieren definir la IC en términos más comprometidos con el ideal comunitario. Sin embargo, plantearlo de forma más neutral es una decisión deliberada, para que el marco sea flexible y quepa en él una gran variedad de situaciones, con independencia de que después uno desee poner el énfasis más en un tipo de inteligencia colectiva que en otra.
A continuación, voy a explicar mejor la definición, entrando en detalles que te van a ayudar a comprender su significado:
Es inteligencia porque se manifiesta a través de la capacidad de razonar, aprender, crear, resolver problemas, o tomar decisiones. Habrá personas que echen en falta una mención explícita a la vertiente emocional. Soy consciente que la inteligencia desborda lo racional, pero por simplificar prefiero centrarme en la predisposición de pensar y actuar mejor, considerando las emociones como un ingrediente que contribuye a ello.
Es colectiva porque esas manifestaciones de inteligencia se dan en grupo, son sociales, gracias a las interacciones entre múltiples inteligencias individuales.
Implica sinergias porque esas interacciones provocan, en principio, un efecto extra que no se daría si los individuos actuaran aisladamente o no hubiera ningún mecanismo que conecte sus aportaciones. De esas sinergias depende que emerja algo distinto, y de ser posible mejor, que las inteligencias individuales. De ahí que una clave de los sistemas de IC bien diseñados es concebir una arquitectura de interacciones que aproveche al máximo las sinergias latentes en cualquier grupo, lo que nos lleva al siguiente punto.
Es agregación porque se necesita un mecanismo para convertir un conjunto de opiniones, preferencias y acciones individuales en algún resultado colectivo. La agregación por sí sola no presupone inteligencia colectiva (sería el caso de que se agreguen datos generados por individuos aislados entre sí, que no actúen como un grupo), pero ésta necesita de algún tipo de agregación para expresarse. Se puede alegar, con razón, que la inteligencia en un grupo opera de forma distribuida, y que puede permanecer de forma latente, pero si se quiere traducir en una acción colectiva necesita ser agregada de alguna manera. Por cierto, es importante que advierta, que “agregación” no significa (como puede sugerir la palabra) la mera suma de elementos, sino que abarca también otras formas más complejas de combinar aportaciones individuales. La agregación consiste en algún método, sea el que sea, que combine esas aportaciones para convertirlas en un comportamiento o decisión colectiva.
Es una propiedad emergente porque de la interacción y/o agregación entre contribuciones individuales surgen cosas nuevas. Esa inteligencia no reside en una persona, y ni siquiera en un grupo, sino que aflora. Cuanto más diferente es el resultado grupal si se compara con lo aportado individualmente, más evidencias hay de que el horno colectivo cuece algo distinto y según sus propias reglas. Así, van a “emerger” propiedades en el resultado agregado que no son reducibles a los individuos que lo forman. Esto es lo que convierte a la inteligencia colectiva en un fenómeno tan intrigante.
Es una capacidad que se desarrolla porque, aunque los procesos colectivos tienen un componente impredecible y una variabilidad notable en los resultados, se trata de una capacidad que se puede mejorar. Esto quiere decir que un grupo, con una composición estable en el tiempo, puede aprender a ser más inteligente colectivamente hablando. Experimentará momentos de gran inspiración y otros en los que sus resultados sean más mediocres, pero si pone atención en el proceso y sigue unas pautas para mejorarlo, va a desarrollar habilidades que le permitan conseguir un comportamiento más inteligente.